miércoles, 26 de agosto de 2015

Relato corto: INNOCENT WHEN YOU DREAM

"One kiss under the water" by Gemma Bou (CC BY-NC-ND)
Con motivo del concurso de relatos éroticos "Fantasías Textuales" del círculo de escritores, publico este cortito relato (máximo 500 palabras, con lo que me cuesta a mi no enrollarme), esperando que os guste.
La música(que da nombre al relato), esta vez, la pongo en video.





INNOCENT WHEN YOU DREAM

La barra está pegajosa y la ginebra sabe a detergente. Apenas quedamos tres cuarentones en el local dando hipnóticas vueltas a la copa, al tiempo que, desde una destartalada radio, el viejo Tom Waits acompaña con voz de whisky la patética imagen. Sirviendo con desgana, una muchacha masca-chicle que no para de mirar el reloj, ansiosa por cambiar etílicos vejestorios por un plan más acorde con su edad. En otros tiempos hubiera fantaseado con la idea de tontear con ella, quién sabe si incluso de quitarle la poca ropa que lleva. Pero, esta noche, me has jodido hasta la imaginación. 


Y es que, aunque ha durado un momento, has dado la vuelta a todo. Endemoniado resquicio, apareces cual ensoñación desde un vagón, tu cara de niña risueña y el viento meloso levantándote la falda. Igual que aquel verano en el que tus piernas llenaban mis sueños.


Ha sido un saludo frío. Un par de besos y como va todo. Bien gracias, cuánto tiempo y ya nos llamamos. No has dado pie para más, ni una mano furtiva, ni un vistazo con intenciones. Por desgracia, la edad te ha debido robar el descaro. 


Cuando Diana ha bajado por fin del tren, apenas he podido mirarla a la cara. Camino a casa, apenas cruzamos un par de palabras; detalles aburridos de su viaje, promesas de acompañarla al próximo. Al llegar, polvo de compromiso contaminado de rutina, gemidos exagerados y un orgasmo cargado de culpabilidad. Y, en cuánto la ha vencido el cansancio, me he escabullido hasta este tugurio, buscando cualquier cosa que calme mi obsesión. 


Pero, malditos estos hielos, yo tratando de olvidar y ellos, con sólo un balanceo, me transportan a las tórridas madrugadas de agosto, dos sombras jugando a colarse en la piscina de tus padres. Tú, valiente y ávida de emociones, arrastrándome con guiños y risas burlonas. Yo, embobado, siguiéndote como perro faldero, suspirando por sentir tus cobrizos rizos entre mis dedos. 


En aquellas noches te desnudabas a escondidas, más por sádica que pudorosa, zambulléndote antes de que pudiese devorarte con los ojos. El agua, oscura encubridora, se mezclaba con tu piel, marchitando la ilusión de distinguir un cuerpo adolecente que tanto anhelaba conocer. Visiblemente excitada, acercabas tus labios temblorosos, besos húmedos y todavía infantiles, haciendo crecer mi afán por explorarte. Aunque tú nunca dejabas pasar las caricias más allá de la cintura, obligando a inventarme tu anatomía. Entonces vislumbraba un valle sembrado de trigo por debajo del ombligo y te imaginaba el pecho de aquella actriz francesa tan exuberante. Mas, cada vez que parecía que derribarías el muro, volvía tu perversa timidez y desaparecías corriendo, oculta en la noche. 


Con la imagen de tu trasero desvaneciéndose en la penumbra, se rompe la magia del recuerdo y regreso a los borrachos taciturnos. Al tiempo que apuro otro vaso cargado de amnésico alcohol, escucho con ironía como Waits continúa mofándose de mis cavilaciones…


“It’s such a sad old feeling…
…it’s memories that I’m stealling,
but you’re innocent when you dream”

martes, 11 de agosto de 2015

Relatos: HELENA

Buenas a todos. Después de darme muchos quebraderos (Hay veces que te atrancas meses con casi cualquier historia), os
"Janelaprosoldet" by Shiko (CC BY-NC-SA)
dejo aquí el relato que he estado escribiendo estos días. Se engloba dentro de una saga llamada "Las últimas vacaciones", una iniciativa con la que varios compañeros de trabajo hemos estado jugando, aportando cada uno un cuento diferente. Por supuesto, a parte de respetar la temática, había que introducir en el texto unas palabras a cada cual más estrámbótica, tal y como ya ocurrió en "Carolina vs. the hipster" (sólo que, esta vez, las "six evil words" se han convertido en siete).

Dar las gracias a Rafa Maldonado, 'Rafiki', por inspirarme con su relato "La griega", que acompañado de la imagen de "La muchacha de la ventana" de Dalí (que no puedo poner en el blog, tema de derechos), fue dando forma a esta "Helena".

Sin querer dar mas pistas, os invito a que echéis un vistazo a este cuento, una historia que nada entre el erotismo y la actualidad política.
Espero que lo disfrutéis.

P.D.: Como siempre, hubo mucha música mientras lo escribía. Descubrí a Lana Del Rey ("Cola", "Videogames"), me relajé con Radiohead ("Karma Police") y me emocioné con Glen Hasard ("Leave", "Lies"). Y claro, como no, me fui de viaje con Chalres Trenet ("La mer").

Helena                                                           Escrito en Agosto de 2015
Los golpes en la puerta son cada vez más violentos. Los gritos, empapados del odio más visceral, apenas nos dejan oírnos entre nosotros. Reproches, amenazas y palabras ininteligibles deformadas por la rabia, retumbando de tal manera que parecen haber hecho un nido dentro de mi cerebro. Es tan desquiciante que siento ganas de arrancarme las orejas.

Me conoces bien, sabes que no me gusta esconderme. Si sólo vinieran a por mí hace tiempo que les habría abierto y acabado con la pantomima, pero son muchos los que han buscado refugio en nuestra casa  y no quiero ser quién les lance a las fieras. El salón está poblado de ministros y senadores, el alcalde y varios cabezas del partido que hace un año me colmaban de elogios para luego escupirme a la cara. También hay algún que otro funcionario que ha tenido la insensatez de mostrar su apoyo a los presentes. Como ves, este país sigue a rebosar de idiotas y lameculos. Me alegro de que estés lejos para no ver cuán bajo hemos caído. Si pudieras, creo que llorarías de impotencia. O, quién sabe, puede que te desternillaras como una loca, abrumada ante tanta ironía. Es algo que me encanta de ti, que contigo nunca se sabe.