viernes, 24 de julio de 2015

Relatos: BOYS DON'T CRY

Ya he contado muchas veces que mi gran influencia a la hora de escribir la componen la música y el
"Touchdown catch" by Clappstar (CC BY-NC-ND)
cine. Pues bien, esta historia aúna estas dos vertientes más que ningún otro relato. La idea me sobrevino viendo la (genial) serie "Friday Night Lights", una más que certera crónica de un grupo de chavales y sus vivencias, con el fútbol americano como telón de fondo. Y de escenario, un pueblo de Dallas, uno de esos en el que todo el mundo se conoce y todos tienen una opinión para cada mínima cosa. Y es que siempre me ha llamado poderosamente la atención el contraste que existe en esas regiones de Norteamérica. Jóvenes que, como todos, tienen ansias de libertad y ganas de romper con lo establecido, pero que están anclados en un lugar que los juzga a cada paso, tratando de convertirlos en clichés, persiguiendo que el tiempo sea inapreciable, que los hijos sean un clon de sus padres.
Con esa imagen en la cabeza, empecé la historia de Riley, y me puse a escuchar música para que las palabras fluyeran un poco (eso sí, el proceso fue leeento). Pero a diferencia de otros relatos, en esta historia, las canciones iban saltando de una a otra como en un reproductor en modo aleatorio, por lo que al final eran muchas melodías las que asociaba al relato, cada una a un momento en el periplo del protagonista.
Así, en esta historia plagada de música, el reproductor de Riley irá saltando entre las siguientes canciones:

“Boys don’t cry” de The Cure;
“You can’t always get what you want” de The Rolling Stones;
“Mr. Brightside” de The Killers; 
 “Jealous Guy” de Roxy Music; 
“Comfortably Numb” de Pink Floyd";
“We Never Change” de Coldplay;

Y son estas melodías las que van marcando el ritmo de su relato.
Espero que lo disfrutéis.


Boys don't cry

“El día que se apagaron las estrellas”. Así lo llamaron.

Y es que, aquella noche, ninguna de las figuras del instituto Wheatley consiguió concretar jugada alguna. Las esperanzas por renovar el título regional se consumieron en un instante, como si fueran la llama de una vela en medio de un huracán.